Calle Barrinol, almendros en flor
Calle Barrinol, Xiva de Morella
La casa de las orquídeas
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Nos dirigimos hacia la amurallada ciudad, para degustar los platos del Daluan . A pesar del bullicio, típico de estos días de Pascua, tratamos de esquivar a los turistas, surcando calles pequeñas y deshabitadas. Llegando hasta el corazón de la ciudad, donde les enseñé a mis amigos, pequeños detalles arquitectónicos, que hay además de los famosos e interesantes porches. Paseamos por la solitaria calle de la cárcel y ascendimos por la calle más estrecha de Morella, una de mis pasiones, pues cuando son fiestas, nos colamos por allí, para acceder más fácilmente hasta la calle mayor, al cadafal de Casa Roureda. Le enseñamos la antigua nevera medieval ( hay que probar la cerveza casera que preparan, así como las infusiones).
Al caer la tarde, regresamos a la casa de las orquídeas para disfrutar del atardecer entre almendros, departimos un rato con mi adorable vecino Miguel y nos dispusimos a regresar hacia Vinaròs. No sin antes detenernos a observar la enigmática imagen del castillo iluminado. Esta es una de las imagenes más bonitas que me llevo, cada vez que regreso de Xiva. Parece un brasero encendido. Parece que el castillo esté suspendido. Es una imagen mágica y bella.
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