Con cada adiós uno aprende, que sostener una mano no significa encadenar el Alma

Yo creo que la amistad es la relación más genuinamente humana de la que somos capaces. Ser comprendido y apreciado por alguien es vital experiencia en la vida, que fortalece nuestra voluntad de vivir. La amistad multiplica la cantidad de valor que somos capaces de crear y experimentar en la vida. Como dice el adagio, la amistad duplica nuestra alegría y reduce a la mitad nuestros pesares. Nada proporciona satisfacción más profunda ni recompensa más duradera que el esfuerzo por ser un verdadero amigo para otra persona. Por experiencia propia, la amistad no es una cuestión de cantidad de tiempo que pase con alguien. Más bien,es una medida del poder y la profundidad de la resonancia espiritual que surge entre dos personas.
Existen muchos tipos de amistad. Están las personas con las que simplemente nos
sentimos cómodos y tranquilos. Pero más valiosas, sin embargo, desde mi punto de vista, son las amistades que están basadas en un sentido de propósito compartido o en una causa común. La amistad es puesta a prueba en la adversidad. Tal vez sólo quienes han sufrido golpes verdaderamente desmoralizadores pueden apreciar plenamente la belleza de la amistad.