viernes, 18 de julio de 2008

HORIZONTES TOSCANOS




MONTE OLIVETTO. En un pequeño restaurante familiar
junto al Monasterio, en medio del bosque, comimos la mejor
pasta fresca artesana, con verduras y pecorino.
Tan solo nos acompañaron los sonidos de las hojas,
de los pájaros y el silencio...
Degustamos dos vinos: uno de Monteriogioni
y por fin, el tinto y apreciado Brunello.
El trato generoso y atento del propietario nos dejó un delicado recuerdo.






La geometría de los viñedos,
el perfil de los cipreses apuntando al cielo
clásico paisaje toscano
y, por supuesto los mil colores de campos sembrados
.. y los girasoles






























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